Porque las historias del accidente lo hacen un episodio todavía más lamentable
"Había niños saliendo y gritando y el fuego inició de inmediato. Logramos salir por el hueco, pero había llamas. Tenía miedo de quemarme, pero saltamos sin pensar ni sacar nada".
La tarde del lunes, Jaquelin Flores y su hija estaban sentadas en los asientos 8A y 8B de un vuelo con destino a la Ciudad de México cuando su avión se precipitó a las orillas del aeropuerto de Durango. Habían pasado solo unos minutos en el aire.
Los testimonios coinciden en que pasaron miedo y pese a lo aparatoso del desplome, la muerte solo pasó por la mente de algunos pasajeros.
Flores, que se dirigía a Bogotá, Colombia, en dónde vive, dijo que la aeronave "aceleró para despegar y se elevó, pero entramos en una tormenta muy fuerte y el avión se cayó", y que se golpearon "porque se fue deslizando hacia adelante".
"El pasillo estaba bloqueado; de inmediato empezó el incendio, volteé hacia atrás y justo por el ala, que era donde me tocaba, había un hueco. Nos desabrochamos los cinturones y le dije a mi hija que teníamos que salir por ahí y saltamos", continuó la víctima.
Aquí otro audio de la entrevista, proporcionada por El Sol de México.
María Guadalupe Herrera recuerda todo como si fuera un flashback. María pensó que se iba a morir. "Fue lo único que pensé, pero tengo una segunda oportunidad (...) Me siento contenta porque estoy viva", de acuerdo con El Universal.
Lorenzo Nuñez, otro de los pasajeros que se encontraban en el avión, se dirigía a la Ciudad de México con sus hijos y su esposa para conectar hacia su natal Chicago.
"Agarrar a los niños y luchar por la vida de nosotros", dijo Nuñez a los medios cuando le preguntaron qué hizo tras el siniestro. "Por el impacto que cayó botaron las puertas. No hubo quien las abriera, el impacto estuvo fuerte. Se abrieron las puertas y empezamos a salir como pudimos".
Otro de los pasajeros que salió ileso declaró, al salir caminando del sitio del accidente, que "el avión se tardó un ratito en despegar, hasta que existieron condiciones; el aire lo traía a favor, todo bien, pero como que agarró una corriente muy fuerte y no alcanzó a despegar".
"Tardó un buen rato, como tres o cuatro minutos", mencionó otro viajero, mientras que una pareja entrevistada en el aeropuerto dijo que "un rayo le pegó (al avión) y nos fuimos para abajo".
Otros testimonios, recabados por CNN, muestran el detalle de cómo sucedió el incidente.
El director general del PAN en Durango, Rómulo Campuzano, se encontraba también en el avión, y asertó desde el hospital en el que se recuperaba que la nave "había tomado velocidad, ya se había despegado de la pista y repentinamente cayó, no sé por qué".
Un reportero del medio de noticias RT relata que habló con otro pasajero que pensaba que el avión iba a explotar.
Pese a lo aparatoso que fue el accidente, hasta el momento no hay reportes de víctimas mortales.