Porque a los partidos políticos les encanta repartir tarjetas para todo
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) volvió a regañar al Instituto Nacional Electoral (INE) por considerar que se extralimitó al sancionar el reparto de tarjetas o cualquier material que prometa un beneficio directo o indirecto para el elector.
¿Qué fue lo que pasó?
Resulta que el INE decidió modificar el reglamento de Fiscalización para considerar como propaganda prohibida el reparto de tarjetas (sí, esas como las que ofreció Alfredo del Mazo a la población vulnerable) por parte de los partidos políticos o cualquier candidato o precandidato.
Según el artículo 143 Quarter de dicho reglamento, los gastos prohibidos durante la temporada de precampañas y precampañas serán:
"Entregar por sí o por interpósita persona, cualquier tarjeta, volante, díptico,tríptico, plástico o cualquier otro documento o material en el que se oferte o entregue algún beneficio directo, indirecto, mediato o inmediato, en especie o efectivo, a través de cualquier sistema que implique la entrega de un bien o servicio, así como solicitar a los ciudadanos cualquier dato personal a cambio de dicho beneficio".
Y en caso de que un partido, precandidato o candidato viole esta disposición, se considerará como un gasto sin objeto partidista, o bien, no vinculado a actividades para la obtención de apoyo ciudadanoo del voto y deberá ser sancionado.
Perooooo, tanto el PRI y el PVEM presentaron una queja y el Tribunal Electoral decidió que ambos partidos tenían razón y ordenó al INE que eliminara dicho artículo porque los únicos que pueden agregar este tipo de prohibiciones son los legisladores.
Además, según el proyecto del ministro José Luis Vargas, la prohibición para dichos materiales ya está muy clara en la Ley General de Instituciones y Procedimientos electorales y no había necesidad de incluirla en el reglamento de fiscalización.
Durante el proceso electoral que se llevó a cabo en el Estado de México y Coahuila, los candidatos priistas repartieron las llamadas tarjetas rosas, por lo que los partidos Morena, PAN y PRD se quejaron ante el INE, quien resolvió modificar las reglas del juego; sin embargo, los propios magistrados consideraron que era propaganda válida y que solo debía considerarse para saber si los candidatos habían rebasado los topes de gastos de campaña y no como material prohibido.