El hallazgo del cuerpo de un bebé en los basureros del Centro de Reinserción Social (Cereso) San Miguel en Puebla ha prendido las alertas sobre lo que ocurre en el penal pues, de acuerdo con autoridades, el menor de seis días de nacido no falleció en el lugar y habría ingresado de manera irregular.
El pasado 10 de enero, un interno encontró a un bebé envuelto en una bolsa, en uno de los botes de basura del Cereso ubicado en la colonia Lomas de San Miguel, en la capital de Puebla, por lo que reportó el caso a las autoridades del Centro.
Sin embargo, los hechos fueron denunciados por la asociación civil Reinserta el 14 de enero e incluso revelaron que el menor tenía una incisión en el abdomen, por lo que presumieron que el menor pudo ser usado para ingresar droga al penal.
De acuerdo con la asociación, este hecho refleja la crisis de derechos humanos que viven los penales de México y en particular en el Cereso San Miguel, en donde se han registrado asesinatos, riñas e incluso presuntas peleas de perros y apuestas.
¿QUÉ DIJO EL GOBIERNO DE PUEBLA?
Al respecto, el 17 de enero, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, se pronunció en una conferencia de prensa al señalar que era un caso "gravísimo" y detalló que el bebé tenía apenas seis días de nacido y que la incisión en su cuerpo se debió a una presunta cirugía de apéndice.
Asimismo, descartó que su gobierno haya intentado ocultar el caso, debido a la disparidad de tiempo en el que ocurrió y cuando fue denunciado, pero aclaró que la Fiscalía General del Estado (FGE) ya estaba realizando las investigaciones desde el primer momento.
Explicó que las pesquisas se realizan con la “secrecía necesaria para poder alcanzar la verdad” y determinar dónde nació el niño, pues no fue dentro del penal ni existen registros sobre su ingreso, toda vez que a causa de la pandemia por COVID-19, no se permiten las visitas de menores.
Entre los temas que están en investigación, dijo, destacan el cómo llegó el cuerpo del bebé al reclusorio, quién lo permitió y quiénes son los padres, pues hasta el momento el cuerpo del menor no ha sido reclamado.
“Es un asunto muy grave. Va a aparecer mucha porquería en todo esto y la vamos a dar a conocer una vez que esté acreditado todo (…) lo que pasó alrededor de este bebé inocente que fue objeto de abuso satánico de quienes lo rodearon”, dijo Barbosa.
POLÉMICA POR LA INVESTIGACION DE LA CNDH
En su conferencia de prensa, el gobernador mencionó que proporcionaría información a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para su respectivo expediente, luego de que informaran que ejercerían su “facultad de atracción” del caso desde el 15 de enero.
Dicho organismos solicitó medidas cautelares a la Subsecretaría de Centros Penitenciarios en Puebla y a la FGE para colaborar con la investigación, garantizar los derechos humanos y reforzar la vigilancia. Ademas de “realizar una investigación seria, comprometida y eficaz”.
Asimismo, la CNDH alertó que durante las visitas de supervisión que han realizado en el CERESO de San Miguel entre 2015 y 2020 se han encontrado deficiencias “en el ejercicio de funciones de autoridad por parte de personas privadas de la libertad e insuficiencia de personal de seguridad y custodia”.
Sin embargo, un par de días después, el 18 de enero, la Comisión de Derechos Humanos de Puebla pidió a la CNDH no intervenir en el caso, pues consideró que como unidad estatal son “la única instancia competente para conocer de los hechos materia de la queja”.
En una circular, el organismo local enlistó las fracciones constitucionales y reglamentos con los que hace válidos sus argumentos, además de que puntualizaron que las diligencias de la Comisión Nacional son jurídicamente ilegales y nulas pues invaden la esfera de competencia de la CDH de Puebla.
Esto provocó que un día después, la CNDH aclarara que no está investigando la muerte del bebé ni su hallazgo en el penal. En un comunicado, precisaron que serán respetuosos de las facultades de las comisiones estatales.