Francisco González Pulido tiene una vasta experiencia como arquitecto y cuenta con una serie de proyectos aeroportuarios que comprenden la expansión de las terminales en el aeropuerto de Chicago, el puerto aéreo de Colonia, en Alemania y el aeropuerto de Bangkok, uno de los más innovadores y grandes del mundo.
Por eso, sorprende cuando González Pulido asegura que, después de presentar el Plan Maestro del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en la base aérea militar de Santa Lucía, no ha vuelto a saber del mismo que hoy comanda el ejército mexicano, uno de los proyectos de infraestructura más polémicos del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
En el marco de la exposición de ’30 Años, 30 Proyectos, 30 Historias’ en el Museo Metropolitano de Monterrey, en entrevista para El Financiero, el arquitecto que ideó el nuevo aeropuerto en Santa Lucía reveló que no ha visitado la obra aeroportuaria ni sabe más allá de lo que él proyectó al inicio.
“Fui contratado para elaborar el plan Maestro y no para la supervisión de la ejecución de la obra”, dijo. “Lo que hice fue hacerles un proyecto extraordinario, proyecto ejecutivo, se entregó en mayo del 2020 y, desde entonces, no sé de ellos porque no formo parte de la construcción, no sé qué más te puedo decir”, aseveró González Pulido.
El arquitecto, reconocido a nivel internacional, precisó que el contrato suscrito con el gobierno mexicano no involucraba la participación activa, supervisión de obra u otra visita al sitio del proyecto aeroportuario, que tendrá que estar listo el 21 de marzo próximo para cumplir con el mandato presidencial.
En cambio, cedió a los militares el proyecto que él diseñó.
“Ese era mi contrato, fíjate que no era el plan maestro nada más, mi proyecto incluía el plan maestro, el diseño de la terminal y muchos edificios, una plaza muy grande y mucha infraestructura”, dijo.
González Pulido dijo, a propósito de Santa Lucía, que la participación de los arquitectos en sus proyectos no siempre ocurre de forma permanente e indicó que espera que Santa Lucía sea terminado en tiempo y costo establecidos.
“Eso es lo que esperamos todos, eso es lo que queremos para México. No todos estos proyectos están en tus manos y esa es la realidad de la arquitectura, no es un tema exclusivo de Santa Lucía, no sabes cuántos proyectos se salen de las manos del arquitecto, algunos quedan súper bien y otros no, esperemos que Santa Lucía quede extraordinariamente bien”, refirió el arquitecto, que también concursa en Dubái para realizar un aeropuerto de drones.
Dirección arquitectónica
Sin embargo, los lineamientos del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México estipulan que, a nivel general, el proceso de dirección arquitectónica de la obra es fundamental para asegurar el buen término de la obra, porque consiste en la presencia física y el seguimiento técnico del proyectista durante la construcción.
Si bien, este proceso no fue contratado para ser desarrollado por FGP Atelier, el despacho de González Pulido, forma parte fundamental del proceso de construcción y supervisión pues dar a terceros la dirección arquitectónica u otras etapas de la realización del proyecto compromete la calidad e idea inicial del proyecto.
En una obra, no permitir que el arquitecto se involucre en todas las etapas “puede significar que partes del proyecto pierdan su esencia o calidad y que la responsabilidad de ello se traslade a terceros, por lo que no es una práctica ideal o común”, precisó el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México.
‘El único con los requisitos’
El gobierno buscó a González Pulido por su experiencia y, en sus propias palabras, solo él cumplía con los requisitos que se buscaba para el aeropuerto. Respecto a la participación de los militares en el proyecto, precisó que era ‘lógico’ y parte de una estrategia para mantener los costos de construcción.
Para el arquitecto Luis Enrique López Cardiel, coordinador ejecutivo del Comité Mexicano para la Práctica Internacional de la Arquitectura (COMPIAR), lo óptimo en una obra, sobre todo cuando se trata de una de carácter nacional, estratégica y con recursos públicos, es que el arquitecto esté involucrado en todo el proceso.
“Las autoridades en turno, que tienen en sus manos la toma de decisión para la utilización de los recursos, comprendan las ventajas que tiene el utilizar a un arquitecto desde la parte de planeación, diseño, seguimiento y evaluación de la construcción en término de conservar y garantizar la calidad de la obra, y después hacer un seguimiento en el proceso de utilización de las obras”, dijo.
“Si te encargas del diseño y te das cuenta que hay problemas en la planeación, porque todo el mundo lo sabíamos, entonces allí estás faltando a una parte de carácter ético”, refirió el arquitecto.