El presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer, durante su conferencia de prensa mañanera de este martes la carta que le envió al expresidente Felipe Calderón en el llamado 'fraude electoral' del 2006, donde el tabasqueño perdió solo por un 0.56%.
Dese Palacio Nacional, el mandatario mexicano reveló el contenido del documento y aquí en Nación321 lo tenemos para ti.
CARTA ÍNTEGRA DE AMLO A FELIPE CALDERÓN
Desde el primer día posterior a la elección, la gente que llegó de manera espontánea a nuestra casa de campaña empezó a corear: «¡Voto por voto, casilla por casilla!». Esta consigna se convirtió en la principal demanda del movimiento postelectoral. En una entrevista de radio con Carmen Aristegui, hice el ofrecimiento a Calderón de que, si él aceptaba el recuento de los votos, me comprometía a no convocar a ninguna movilización, y aunque nunca dejaría de hablar del fraude electoral, aceptaría el resultado del recuento. Incluso, el 24 de julio, le escribí una carta, donde le decía, entre otras cosas:
"Como usted comprenderá, yo nunca podré decir que estas elecciones fueron equitativas, limpias y libres. No obstante, por mi responsabilidad como dirigente de un movimiento democrático, y frente a la demanda de millones de mexicanos de llevar a cabo un recuento voto por voto, casilla por casilla, le propongo lo siguiente:
Si usted se pronuncia a favor del recuento de todos los votos, y el Tribunal Federal del Poder Judicial de la Federación ordena esta diligencia, yo ofrezco el com-promiso de aceptar los resultados si a usted le favorecen y no convocar a más movilizaciones. De la misma manera, usted tendría que aceptar el fallo emitido por el Tribunal si resulto triunfador en el recuento.
Sé muy bien que, de conformidad con la ley, le corresponde al Tribunal calificar la elección y tomar las decisiones sobre las impugnaciones y el recuento de los votos; pero como es obvio, si usted acepta y hace público su acuerdo con esta propuesta, el Tribunal tendría todos los elementos políticos y legales para resolver la inconformidad generada por esta elección de la mejor forma posible. En otras palabras: lo más conveniente para México es que ambos aceptemos el recuento de los votos y nos comprometamos a respetar el resultado.
En países democráticos hay ejemplos en los que el candidato que resulta ganador por estrecho margen ha propuesto revisar las irregularidades y contar los votos, despejando así las dudas sobre su triunfo. Ahí está el caso reciente de Óscar Arias, en Costa Rica, quien habiendo obtenido el triunfo por pocos votos pidió que se revisaran todas las denuncias de su adversario y que se contaran manualmente todas las boletas. Al final de recuento se confirmó ganador y su triunfo fue legítimo e inobjetable, lo que fue reconocido por el otro candidato y la sociedad en su conjunto.
En caso de que usted no acepte esta propuesta, asumirá su responsabilidad de cara a los mexicanos. Si el Tribunal no cuenta los sufragios y avala su <<triunfo>>, quedará para siempre la sospecha o la certidumbre de que usted no ganó en las urnas y de que hubo fraude en la elección. De ser así, para millones de mexicanos, usted será un presidente espurio y nuestro país no merece ser gobernado por alguien que no tenga autoridad moral ni política".
Calderón ni si quiera lo consideró. El mismo día me respondió con el mismo sonsonete hipócrita de que 'la ley es la ley', dando todo un rodeo, insistiendo en lo obvio: que la elección la hicimos todos y correspondía al Tribunal Electoral resolver la apertura de los paquetes electorales.