Porque la actuación de México en el aspecto migratorio ha dejado mucho qué desear
La Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas pidió este viernes al Gobierno mexicano, que evite usar la fuerza para detener o dispersar a los migrantes de las caravanas procedentes de Centroamérica.
Tras las tensiones ocurridas esta semana en el sureste mexicano, Liz Throssell, portavoz de la Oficina, señaló que "el uso de la fuerza para detener o dispersar migrantes de las caravanas debería ser evitado, incluyendo el uso de armas no letales".
De acuerdo con la Oficina, "el pasado lunes, alrededor de un millar de migrantes cruzaron en grupo el río Suchiate que divide a Guatemala de México. La Guardia Nacional detuvo a 402 centroamericanos", informó el organismo en un comunicado".
Throssell dijo que todas las políticas migratorias tienen que respetar los derechos humanos y tener como objetivo principal la protección de las personas en movimiento.
"Las personas que están en un Estado están bajo jurisdicción de ese Estado y no puedes negarles sus derechos al no permitirles acceder a esos derechos o ‘externalizarlos’, por ejemplo, enviándolos a un tercer país", explicó la portavoz, sobre los acuerdos con Estados Unidos para evitar que los migrantes lleguen hasta su frontera.
El organismo puntualizó que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) cree que en la caravana hay personas que podrían calificar como refugiados, y están sobre el terreno para identificarlas.