El presidente de Argentina, Alberto Fernández, aseguró que sí acudirá a la Cumbre de las Américas pero llamó a Estados Unidos a no excluir a ninguna nación de la región, como propuso su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
Esta misma semana, los mandatarios de Honduras y Bolivia se sumaron a México y expresaron que únicamente acudirían a los foros si Cuba, Venezuela y Nicaragua reciben invitación.
Se trata de un movimiento en el que los presidentes afirman que no se puede denominar Cumbre de las Américas "si no están todas las naciones". Esto aunque algunos países enfrenten fuertes señalamientos por violaciones a los derechos humanos.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, manifestó que la región debe abogar por la autodeterminación y construcción de la "cultura del diálogo y la paz", señalando que "América somos todos los americanos".
El movimiento en contra de la exclusión de países a la Cumbre tomó fuerza cuando el mandatario Andrés Manuel López Obrador amagó con no acudir y enviar a un representante si se excluye a tres países: Cuba, Venezuela y Nicaragua.
"Si no se invita a todos, va a ir una representación del Gobierno de México, pero no iría yo...No quiero que continúe esa política en América, y quiero en los hechos hacer valer la independencia, la soberanía, y manifestarme por la fraternidad universal, no estamos para confrontación, estamos para unirnos, hermanarnos, y aunque tengamos diferencias las podemos resolver escuchándonos, pero no excluyendo”, sentenció.
La invitación de esos tres países ha generado una serie de enfrentamientos desde ediciones anteriores de la Cumbre de las Américas. Una de las más recordadas ocurrió cuando Cuba llegó a México "autoinvitándose" y generó un disgusto con el entonces presidente Vicente Fox, quien le recomendó que participara un sólo día y se retirara para evitar problemas con otras naciones que no querían a los líderes de la Isla en los foros.