Porque algunas ciudades podrían tener una crisis social
Los Ángeles, Chicago, Filadelfia, Nueva York y otras decenas de ciudades de Estados Unidos podrían dejar de recibir recursos federales si no cumplen con las leyes federales e insisten en ayudar a inmigrantes, dijo este lunes el fiscal general estadounidense Jeff Sessions.
En una conferencia de prensa, el funcionario federal advirtió que el gobierno de Donald Trump puede dejar de enviar recursos a los estados que no acepten cooperar con las autoridades federales para la detención de inmigrantes indocumentados, estimados en unos 11 millones.
Sessions agregó que la administración de Trump utilizará todas las medidas posibles para que lleguen fondos a ciudades que incumplan con la ley migratoria.
Jeff Sessions le pidió a las autoridades estatales y locales que consideren cuidadosamente el daño que están causándole a sus ciudadanos al fungir como ciudades santuario, asegurando que están en la lupa unos 4 mil 100 millones de dólares en fondos que entrega la secretaría a su cargo, a través de los servicios orientados a programas comunitarios de seguridad.
"Este tipo de políticas no pueden continuar, porque este tipo de autoridades hacen a nuestra nación menos segura y ponen a criminales peligrosos de vuelta a las calles", expresó el fiscal general.
Las ciudades santuario son ciudades estadounidenses que protegen a inmigrantes indocumentados, negándose a cooperar con las fuerzas federales en la aplicación de las leyes de inmigración.
Estas ciudades se niegan a cumplir sobre todo con los pedidos de detención de los clandestinos solicitados por las autoridades migratorias. Además, no mantienen en prisión más tiempo del requerido a un inmigrante sin papeles condenado para facilitar su deportación.
Incluso, algunos de estos santuarios adoptaron textos que piden especialmente a su policía municipal, y a veces también a las escuelas o servicios de salud, que no denuncien a los inmigrantes sin papeles a las autoridades migratorias o hacerlo solo en casos excepcionales.
En todo Estados Unidos son unas 300.
La administración de Trump afirma que las ciudades santuario albergan a criminales pero sus defensores alegan que ofrecen la protección necesaria a los residentes indocumentados que contribuyen con la comunidad.
De hecho los inmigrantes cometen menos delitos que los estadounidenses, de acuerdo con un estudio de The Sentencing Project (TSP).
La organización no gubernamental menciona que a menor índice de crímenes cometidos en Estados Unidos, mayor crecimiento de la población inmigrante.