El ejército ruso inició el martes ejercicios con armas nucleares tácticas, que fueron anunciados por las autoridades rusas este mes, en una aparente advertencia a altos funcionarios occidentales que habían hablado de la posibilidad de una mayor implicación en la guerra de Ucrania.
Esta es la primera vez que Rusia anuncia ejercicios con armas nucleares tácticas, aunque sus fuerzas nucleares estratégicas suelen realizar ejercicios regularmente.
De acuerdo con un comunicado del Ministerio de Defensa difundido el martes, la primera etapa de los nuevos ejercicios contempla “entrenamiento práctico en la preparación y uso de armas nucleares no estratégicas”, entre ellas, misiles Kinzhal e Iskander con capacidades nucleares.
Las maniobras se realizan en el Distrito Militar Sur, que comprende varias regiones del sur de Rusia, incluso en la frontera con Ucrania, además de Crimea y cuatro regiones ucranianas que Rusia se anexó ilegalmente en 2022 y que ocupa parcialmente.
Los ejercicios se anunciaron el 6 de mayo, y el Ministerio de Defensa dijo en un comunicado que se producían en respuesta a “declaraciones y amenazas provocadoras de ciertos funcionarios occidentales con respecto a la Federación Rusa”.
Las armas nucleares tácticas comprenden bombas aéreas, ojivas para misiles de corto alcance y municiones de artillería, y son para usarse en el campo de batalla. Son menos poderosas que las armas estratégicas, como las enormes ojivas nucleares que llevan los misiles balísticos intercontinentales y que tienen por objetivo eliminar ciudades enteras.
El anuncio se produjo después de que el presidente francés Emmanuel Macron reiterara que no descarta el envío de tropas a Ucrania, y de que el secretario de Exteriores británico David Cameron dijera que las fuerzas de Kiev podrán usar armas británicas de largo alcance para atacar objetivos dentro de Rusia. El Kremlin calificó estos comentarios como peligrosos, aumentando la tensión entre Rusia y la OTAN.
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo el 6 de mayo que la declaración de Macron y otros comentarios hechos por funcionarios británicos y estadounidenses dieron lugar a los ejercicios nucleares, y describió los comentarios como “una nueva ronda de intensificación”.