Porque en 2006 se presumió un presunto fraude contra Andrés Manuel López Obrador
Una de las lecciones fundamentales de 2006 que fue aprendida por la autoridad electoral es la necesidad de no dejar espacio a la incertidumbre.
Dicen que las horas que siguen a una elección son las más felices… porque resulta que en ese lapso todos se declaran ganadores.
Pero la realidad es que si en un lapso breve no hay resultados cuya fuente no sean los partidos o aun los medios o las casas encuestadoras, sino directamente la autoridad electoral, se puede crear una situación de grave incertidumbre, en la eventualidad de que pudiera darse una elección cerrada.
Por esa razón, el INE está tomando varias decisiones que pueden significar la diferencia entre un escenario de inestabilidad y otro de certeza.
La primera es garantizar que, en las casillas, se concluya en el menor plazo posible el conteo de los votos para presidente de la República.
Tendremos la elección más grande y compleja de la historia de este país y si el procedimiento del conteo rápido se llevara como en otras ocasiones, es probable que las actas estuvieran muy tarde.
En una entrevista con El Financiero, Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, explicó que no sería raro que algunas de las casillas fueran llenando actas y pegando las cartulinas con sus resultados a las dos de la mañana o después.
En el escenario de una elección cerrada, dar resultados a esa hora sería propiciar todas las especulaciones y generar desconfianza.
Así que se propondrá que el mecanismo de conteo y registro en las casillas agote en primera instancia la elección de presidente de la República.
La segunda es elaborar una muestra de casillas para el conteo rápido que sea sumamente robusta y que tenga un margen de error muy pequeño.
Para ello, se diseñará una muestra de más de nueve mil casillas. Hay que recordar que el conteo rápido realizado en 2006 estuvo compuesto por siete mil 636 casillas. Tras conocerse los resultados finales, después de los cómputos distritales, se pudo corroborar que ese conteo fue muy preciso. Ahora será aún más.
Otra decisión que ya se tomó en función de la experiencia de 2006 es que, al margen de que el resultado del conteo estableciera una diferencia que no fuera suficiente para estimar un ganador, aun así, se darían a conocer los resultados de ese conteo.
Estarán encerrados en una sala en el INE los integrantes del Comité Técnico Asesor. El consejero presidente estará en una oficina anexa esperando el resultado que dicho Comité le entregue.
Lo del encierro no es sólo algo figurado sino es real. Los integrantes del Comité estarán ‘incomunicados’, casi como cardenales en Cónclave. No podrán recibir llamadas, aunque sí podrán hacerlas.
Se trata de preservarlos de toda presión, provenga de la fuente que sea, con objeto de que hagan su trabajo con estricto rigor técnico.
Todo se ha preparado para que a las 11 de la noche se dé a conocer ese conteo.
Podría ocurrir, en un caso de diferencia mínima, que el domingo 1 de julio nos vayamos a dormir –es un decir– sin tener un ganador claro, pero no terminará el día sin que se ofrezca el resultado del conteo, en el que alguno de los candidatos irá a la cabeza.
El mejor escenario es que alguien gane por una diferencia sustancial, pero el escenario de una contienda reñida que requiera la señal del INE para dirimirse es algo que no puede descartarse.