Ayer tuve la oportunidad de conversar unos minutos con el secretario de Hacienda, Rogelio Ramirez de la O.
Uno de los temas abordados fue la razón por la cual el pronóstico del crecimiento económico para 2022 por parte de Hacienda, en el Paquete Económico entregado ayer al Congreso, está por arriba de las previsiones del consenso de expertos.
Apenas hace un par de días, la encuesta quincenal que realiza Citibanamex entre especialistas señaló que para el próximo año los expertos consideran un crecimiento de 2.9 por ciento, en tanto que la estimación de Hacienda es de 4.1 por ciento.
El argumento del secretario es que ya se suman más fuerzas a la que inicialmente empujó la recuperación en México, y que fue la demanda externa.
Señala Ramírez de la O que, de acuerdo a lo que se observa en diversos puntos de la frontera y otros lugares, hay proyectos de inversión en ciernes tanto en plantas establecidas como nuevas, ya que se está llegando a un uso elevado de la capacidad instalada, por lo que diversos empresarios se verán empujados a invertir más el próximo año.
Pero, además, considera que la fase en el cual ya se encuentran algunos proyectos importantes de inversión pública como los del sureste (Dos Bocas, Tren Maya y corredor del Istmo), así como el aeropuerto de Santa Lucía conducen ya a incrementos importantes de la inversión pública, que en el Paquete Económico tiene un crecimiento de 17.7 por ciento en términos reales para el próximo año, luego de caídas fuertes en los tres años anteriores (incluyendo hasta donde vamos en 2021).
Y finalmente, en el impulso al crecimiento suma también el impacto que sobre el mercado interno tendrá la recuperación del empleo que se ha observado en este año y el aumento de los salarios reales, lo que dará soporte a un mayor consumo.
Tiene sentido el argumento de Ramírez de la O. Pero, habrá que ver si algunos factores que tienen que ver con la desconfianza e incertidumbre de los inversionistas privados, y también de los consumidores, no acaban impidiendo este impulso señalado por el secretario.
Otro de los temas que abordamos fue Pemex. El Paquete Económico enviado a la Cámara considera una reducción de 14 puntos en el Derecho de Utilidad Compartida que se aplica a Pemex al bajarlo de 54 a 40 por ciento. Cuestionado respecto a si no percibe preocupación en los mercados por una excesiva transferencia de recursos del gobierno federal a la petrolera, el secretario señaló que no, debido a que, por ejemplo en este caso, la tasa que se está aplicando está más en línea con la que se aplica a otras empresas semejantes a Pemex en el mundo.
Y señaló también que en los años previos al 2018 la deuda de Pemex se incrementó en 50 mil millones de dólares, lo cual impuso una carga financiera asfixiante a la petrolera.
Nuevamente, creo que Ramírez de la O está en lo correcto al cuestionar la forma en la que se endeudó y ordeñó a Pemex en el pasado, pero me parece que habrá que evaluar si la forma en la cual se están aplicando hoy los recursos es la correcta y realmente generan capacidad productiva.
Un hecho sorprendente desde el 2020 fue que, a pesar del desplome económico, la recaudación pudo mantenerse con una tendencia creciente. El secretario lo atribuye a un cambio estructural en los procesos de recaudación en México que ha permitido un incremento sensible de ésta sin modificar tasas ni crear nuevos impuestos.
Es claro, me parece que hay buenos resultados por parte del SAT, muy superiores en recaudación a los que se tenían en el pasado.
Habrá que ver si la fiscalización de los grandes contribuyentes, que es el foco de la estrategia, sigue siendo sustentable.
Finalmente, percibí a un secretario confiado en poder mantener la estabilidad fiscal y conseguir que el crecimiento de la economía sea mayor que en el pasado.
Habrá que ver, y creo es duda de muchos, si el presidente López Obrador le permite funcionar realmente como secretario de Hacienda o lo ata de manos, como hizo con los dos anteriores secretarios.