Hace meses, un político que andaba de enviado electoral en el sur Veracruz notó una cosa singular. Persona con la que se entrevistaba, persona que se negaba a darle una tarjeta de presentación. “A lo mucho te apuntan un celular, sin más datos, en un papelito”. A las tarjetas de presentación se las tragó el miedo, el miedo de dar información que podría ser utilizada por criminales para extorsionar o secuestrar. Así de vulnerables se sienten.
A esa misma zona fue ayer el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y fue a anunciar que la Secretaría de Marina se hará cargo de la seguridad en la región. Al arrancar la rueda de prensa respectiva, el hidalguense dio una declaración que merece ser comentada. Estas fueron sus palabras:
“Quiero decirles que estamos, como siempre por instrucción del Presidente Enrique Peña Nieto, para brindar todo el respaldo a esta zona sur de Veracruz, y por supuesto a las otras, que están pasando por momentos complejos, derivados de diferentes circunstancias y una de ellas sin lugar a dudas tienen que ver con el cambio de la administración pública, estas circunstancias difíciles, que cuando se dan se dan (sic), pues generan espacios para la delincuencia en cada municipio, en cada región o en el estado completo, y me refiero a temas políticos, cuando hay temas políticos entonces se transfiere (sic) sin duda a inseguridad porque hay lagunas que ocupan los delincuentes”.
El secretario Osorio agregó que la reunión de ayer, que buscará dotar de seguridad a Coatzacoalcos y a Minatitlán, se dio luego de que hace unas semanas le abordara el presidente municipal de Coatzacoalcos en un evento. En esa entrevista el edil planteó la gravedad de la situación, y la respuesta fue que este lunes los más altos funcionarios en el tema de la seguridad se apersonaron en esa región veracruzana.
Hay varias cosas que no cuadran –o que son para llorar– de lo dicho por el secretario Osorio.
Veracruz estaba en llamas cuando el peñismo llegó al poder. Por tanto, cuatro años después no le pueden decir a la ciudadanía que la cacareada coordinación en seguridad ofrecida por el gobierno federal no aguantó ahí los vendavales de los comicios.
Si fuera efectiva esa coordinación entre niveles de gobierno, debería garantizar, ni más ni menos, la estabilidad en los momentos en que habrá cambios de autoridades. Si no, como para qué sirve.
Segunda cosa: Cómo es la dichosa coordinación si tuvo que darse un encuentro fortuito entre Osorio y el alcalde de Coatzacoalcos a fin de que el secretario tomara cartas en el asunto. O la coordinación no existe, o no tiene inteligencia, o no lee siquiera periódicos o se fue de vacaciones todo el tiempo en que estuvo Duarte (al que por cierto los marinos reclamaban su frivolidad y falta de compromiso).
Tercera: ¿cómo que las elecciones provocan vacíos que aprovechan los criminales? Cierto que en Veracruz en 2016 hubo elecciones de gobernador, pero no de alcaldes. Con ellos pudieron haberse coordinado. Y en esa misma línea, ¿entonces la actual coordinación está de nuevo condenada a fracasar porque justo el año entrante se renovarán las 212 alcaldías veracruzanas?
Veracruz es uno más de los ejemplos de que este gobierno se niega a reconocer que su modelo anticrimen, si alguna vez existió como tal, ha fracasado.
No por nada la primera pregunta en la rueda de prensa fue de una colega que planteó a Osorio: “¿Por qué hasta ahora?”
“Ya estábamos aquí”, contestó el secretario. En efecto, están sin estar, sin hacer diferencia.