Llegar a unos Juegos Olímpicos debería ser un escenario ‘de ensueño’ para cualquier deportista que pasa horas entregando todo de sí en entrenamientos, incontables viajes y esfuerzos para portar los colores de tu país en la máxima justa deportiva.
Esa era la meta de Alexa Moreno, una gimnasta oriunda de Baja California y de una pose relajada e infecciosamente positiva que consiguió su sueño cuando pisó la Arena Olímpica do Rio.
“Desde que supe que existía los Juegos Olímpicos, quise estar ahí”, contó en una entrevista para CGTN America. La tradición olímpica de México siempre ha tenido sus focos enfocados en otras disciplinas (clavados, la marcha, taekwondo), por lo que ver a Moreno en un selecto grupo de gimnastas ya era todo un logro.
Pero el bullying en redes sociales se hizo presente tras su participación en Río 2016: personas que nunca conocieron el sacrificio de pasar horas en el gimnasio practicando un salto o una rutina criticaron el físico de Moreno, incluso cuestionando el porqué de su inclusión en una prueba olímpica.
“Me sentí triste, sí me dolió. No soy un robot que no siente”, declaró sobre el acoso que recibió en redes que también ensombreció una celebración especial: Alexa cumplió 22 años el día después de su competencia en Río.
Pero Moreno se sacudió rápido esos mensajes negativos, a la ‘mojarrita enjabonada’ como dice un popular dicho, al recordar que las críticas, los mensajes, la retroalimentación que importa es, como dijo a TUDN, la de “la gente que siempre está a tu lado y sabe lo que estás haciendo”.
Entre esas personas está su familia, quien vio en la gimnasia una forma de que canalizar las energías de una pequeña Alexa de tres años que se la pasaba colgada de donde no debía, como cuenta la propia gimnasta.
Ahí empezó una carrera de 23 años que ha tenido de todo: episodios de pésima suerte cuando Alexa se perdió los Juegos Panamericanos ‘de casa’, los de Guadalajara 2011, cuando una lesión en el menisco la dejó fuera de actividad varios meses. Cuatro años más tarde, otra lesión (una fractura en un pómulo sufrida en un entrenamiento) evitó que representara a México en Toronto en 2015, y cuando parecía que por fin Moreno tendría la posibilidad de ‘estrenarse’ en Panamericanos, un golpe en la cabeza en los campeonatos nacionales en Querétaro borró cualquier posibilidad de verla en Lima.
Pero los fracasos y contratiempos no la detuvieron. Para la gimnasia “necesitas ser valiente, dedicada, tener mucha voluntad y perseverancia”, y la recompensa para su disciplina llegó en 2018 cuando se convirtió en la primera gimnasta mexicana en obtener una medalla en unos campeonatos mundiales.
Se colgó el bronce en el salto de caballo compitiendo contra una de sus ídolas, la imparable Oksana Chusovitina, y una leyenda de la gimnasia como lo es la estadounidense Simone Biles, que apunta a colgarse más medallas de oro en Tokio 2020.
Premio Nacional del Deporte y medalla al Mérito Deportivo de la Cámara de Diputados en 2019, a sus 26 años, Alexa sabe que la final de salto de caballo es su prueba en Tokio donde, por cierto, se ‘sentirá como en casa’ pues Moreno es fanática de la cultura japonesa (habla el idioma y su manga favorito es Fullmetal Alchemist).
“Yo no paro hasta llegar y lograr lo que quiero”, contó, y eso es lo que buscará cuando pise el ‘templo de madera’ de los Olímpicos de Tokio: el Centro de Gimnasia de Ariake: escribir un nuevo capítulo de éxito en su carrera.