Porque se ha convertido en la mexicana con más reflectores de 2019
Yalitza Aparicio, 29 vestidos y un por qué. En los últimos tres meses la protagonista de la película Roma ha vestido poco más de 20 firmas de moda internacionales, looks que tienen dos principales motivos, según los expertos: la exaltación de su nacionalidad y el libre estilo sin estereotipos.
Un día la vemos con vestido Miu Miu (Prada) y otro con aretes artesanales oaxaqueños. ¿Qué secretos guarda esta dualidad?
“Los discursos van en dos vías: exaltar su nacionalidad, que desde la semiótica y el análisis de la ideología se relacionan con el folklor, es esta intención de querer vestirla de ‘china poblana’ porque es mexicana para demostrar sus raíces.
“Y luego está la otra visión de que no tenemos por qué vestirla demostrando sus orígenes, porque la gente se puede vestir como se le dé la gana y no necesariamente tenemos que estar reafirmando su mexicanidad, ya que además es un asunto lleno de clichés”, dijo a El Financiero Diana Marenco, maestra en Ciencias de la Comunicación por la UNAM.
Yalitza ha llegado a las últimas galas de premiación vistiendo 29 firmas de renombre internacional, más cinco piezas de diseñadores latinos, entre ellos tres mexicanos (Lorena Saravia, Alfredo Martínez y Kris Goyri), pero ¿quién ha estado detrás de su stylist y por qué la decisión de no llevar más looks con marcas nacionales?
Sophie López, la británica que fue reconocida en 2015 por The Hollywood Reporter como una de las estilistas más influyentes del medio, es la responsable de vestir a Aparicio, y a su compañera de película, Marina de Tavira.
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En su historial, López suma a personalidades como a Tilda Swinton, Kate Hudson y Joey King.
“Sophie Lopez tiene una mirada internacional y me parece que el stylist se pensó de manera congruente con el marketing de la película, es decir, no me parece que Roma sea una cinta mexicana que habla de México para los mexicanos, sino que es una narración cinematográfica que habla sobre México pero para un público universal”, señaló la también experta en análisis del discurso y semiótica.
De alguna forma, a través de sus looks, Yalitza ha logrado romper con una línea que perpetúa la idea de ‘México para los mexicanos’ usando sombrero, sarape y rebozo (no porque esto no sea ‘cool’), y aunque dejar atrás la representación de la mexicanidad no fue el objetivo, sí ha sido el efecto entre la crítica y el público.
Las expectativas sobre Yalitza y su ‘doble mexicanidad por ser indígena’ parecieran desdibujarse en el momento en que ella se planta desde otro lugar en la moda, y desde ahí comunica: “sí, soy mexicana, pero no por eso tengo que ‘disfrazarme’ de mexicana”, explica Marenco.
“No sé si lo pensaron así y si haya sido estratégico. Lo que sí te puedo decir es que el efecto es ese. Hoy puedes ver a Yalitza Aparicio en una pasarela portando vestidos como los porta cualquier otra mujer del medio. Un día la visten de diseñador mexicano si bien le va y de otros cuando bien le va”.
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Lo anterior, sin embargo, no significa un rechazo a lo mexicano porque la intención no ha sido ‘no vestirla de México’, sino que los encargados de su imagen han buscado un estilo variado sin centrarse en el hecho de que ‘es indígena’... “¿Por qué no vestirla de Oscar de la Renta o de Dior?”, cuestiona la especialista.
“Me parece que tendríamos que cambiar de chip y dejar de encasillar al mexicano, es decir, los rebozos y los sarapes son lindos, y no solo es Yalitza, sino quien sea, se puede vestir con diseños mexicanos. Pero estos no son exclusivos de una raza porque no son un disfraz”, sentencia Marenco.
'YALITZA, LA MUJER EXÓTICA QUE NO PERTENECE'
La oaxaqueña llegó a la industria de la moda a romper los estereotipos como se ha mencionado, pero con todo y la mirada internacional de su stylist, ¿realmente ha habido un cambio en el mundo de las pasarelas?
La especialista en semiótica de la moda reconoce que la unión de las ideas ‘alta costura e indígena’ resulta aparente, pues en realidad la visión sigue siendo excluyente por el acento exótico que se le pone a la protagonista.
Como ejemplo, explica que en la industria es común fotografiar a mujeres africanas para las portadas de revista, y aunque aparecen ‘abrazadas’ por un vestido Armani, al final la joyería es tribal, de tal manera que se reafirma su etnia. En el caso de ‘Yali’ ocurre lo mismo: hay un sesgo, ya que los medios y la moda hacen un tratamiento diferente sobre ella poniendo la lupa en su origen.
“En ese momento la vuelves algo exótico. Como si fuera una pieza de museo. Exótico viene de algo que está ‘fuera de’. Yalitza no pertenece. Están las nominadas al Oscar y Yalitza”, apuntó Marenco.
Desde la cultura mainstream, la actriz continúa siendo determinada por su etnia y su género, e incluso, por las convenciones que existen en la industria de la moda surge la intención de occidentalizar su imagen.
“Es esta tentación de occidentalizar cualquier discurso, y de tratar de peinarla de tal manera que la empieces a ver guapa al estilo del canon occidental, cosa que ellas (‘Yali’ y Sophie López) no promueven, sino toda la cultura cinematográfica”.
En términos generales, los looks de Yalitza han significado una apertura a los vestidos de gala: “ella está tan en el Oscar como las otras nominadas. Y todo en el Oscar es una fiesta por el vestido. ¿Por qué vamos a sacar a Yalitza de la fiesta del vestido?”.