China y Estados Unidos estudiarán la posibilidad de crear un grupo de trabajo para luchar contra el tráfico de fentanilo y precursores químicos empleados para sintetizar drogas, anunció este lunes 19 de junio en Pekín el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
Blinken aseguró que entre las prioridades para su país que planteó al Gobierno chino estuvo el problema del fentanilo y los opioides sintéticos, cuyo consumo supone “una crisis” en Estados Unidos, según recalcó durante una rueda conferencia de prensa al término de su visita de dos días a China para tratar de reencauzar la relación bilateral.
En el transcurso de su visita, el representante estadounidense se reunió con el presidente chino, Xi Jinping, tras mantener encuentros previos con el ministro de Exteriores, Qin Gang, y el jefe de la Comisión de Asuntos Exteriores del Partido Comunista de China (PCCh) y máximo responsable de la diplomacia china, Wang Yi.
“Dejé claro que necesitamos mucha mayor cooperación para abordar este problema crítico.
otro de los propósitos de la reunión era “estabilizar” las deterioradas relaciones entre Estados Unidos y China, pero el principal diplomático estadounidense se fue de Beijing con su mayor pedido rechazado: mejorar las comunicaciones entre sus militares.
Luego de la reunión con el presidente de China, Antoni Blinken dijo que el país oriental no está listo para reanudar los contactos entre militares, algo que Estados Unidos considera crucial para evitar errores de cálculo y conflictos, particularmente sobre Taiwán.
Aún con ello, Yang Tao, diplomático de China para el hemisferio occidental, resaltó que la visita de Blinken al país oriental “marca un nuevo comienzo”.
“La parte estadounidense seguramente es consciente de por qué hay dificultades en los intercambios entre militares”, dijo, y culpó directamente del problema a las sanciones estadounidenses.
Sin embargo, Blinken y Xi Jinping se declararon satisfechos con los avances logrados durante los dos días de conversaciones, sin señalar áreas específicas de acuerdo más allá de una decisión mutua de volver a una amplia agenda de cooperación y competencia respaldada el año pasado por Xi y el presidente Joe Biden en una reunión en la Cumbre en Bali.
Las dos partes expresaron su voluntad de mantener más conversaciones, pero hubo pocos indicios de que alguno de los dos esté preparado para ceder posiciones en temas que incluyen el comercio en Taiwán; las condiciones de los derechos humanos en China y Hong Kong; la asertividad militar china en el Mar de China Meridional y la guerra de Rusia en Ucrania.
Antony Blinken enfatizó que Estados Unidos estableció objetivos limitados para el viaje y los logró, dijo a los periodistas antes de partir para una conferencia de reconstrucción de Ucrania en Londres.
“Es absolutamente vital que tengamos este tipo de comunicaciones...Esto es algo en lo que vamos a seguir trabajando”, afirmó el secretario de Estado de los Estados Unidos.
El país norteamericano detalló que desde 2021, China ha rechazado o no ha respondido a más de una docena de solicitudes del Departamento de Defensa para diálogos de alto nivel.
Esa agenda ha estado en peligro en los últimos meses, especialmente después de que Estados Unidos derribara un globo de vigilancia chino sobre su espacio aéreo en febrero, y en medio de una escalada de actividad militar en el Estrecho de Taiwán y el Mar de China Meridional. Combinado con otras disputas sobre derechos humanos, comercio y producción de opiáceos, la lista de áreas problemáticas es abrumadora.
Con información de AP