Un juez de Ohio, en Estados Unidos, sentenció a cadena perpetua a Kristel Candelario, una mujer ecuatoriana que dejó morir a su bebé de 16 meses para irse de vacaciones el año pasado.
Kristel, de 31 años, abandonó a su hija Jailyn por al menos 10 días mientras viajaba por Detroit, Puerto Rico y Michigan. Ella misma reconoció su culpa.
Según los reportes, ante la ausencia de su madre, la bebé murió de hambre y deshidratación severa, según la autopsia. Su cadáver fue hallado envuelto en cobijas y estaba cubierto de materia fecal.
De manera legal, la mujer enfrentó cargos por homicidio imprudencial, del que derivó la cadena perpetua, pero también fue acusada por poner en peligro a una menor de edad, delito por el que se le imputaron ocho años de prisión.
"Así como no dejaste salir a Jailyn de su encierro hasta que murió, así también deberías pasar el resto de tu vida en una celda sin libertad. La única diferencia será que la prisión al menos te alimentarán y te darán líquidos que la negaste a ella", dijo el juez Brendan Sheehan al emitir su sentencia.