Porque el puesto de la Secretaría de Estado es el segundo más importante en EU
Rudolph Giuliani, quien es el favorito para ser el próximo secretario de Estado con Donald Trump, no es un desconocido para México, sobre todo para Andrés Manuel López Obrador.
Este personaje es reconocido por gobernar con "mano dura" Nueva York de 1994 a 2002 y haber reducido los índices criminales hasta en 67%, de acuerdo con el Departamento de Policía local.
Ahora se perfila como el hombre de confianza para ser el secretario de Estado y el puesto será suyo si así lo desea, dijo a la agencia AP un alto funcionario estadounidense que solicitó el anonimato.
PASADO CHILANGO
Sus resultados contra la violencia en Nueva York hicieron que la administración del entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, contratara entre 2002 y 2003 a la consultora del republicano para aplicar su famoso programa "Cero tolerancia" en las calles chilangas.
En Nueva York, la política de seguridad de Giuliani se caracterizó por el combate a los vagabundos y las pandillas neoyorkinas. Multiplicó el número de policías en las calles y puso énfasis en la prevención de crímenes, especialmente castigando los delitos menores, como incluso los "pos me salto" en el metro.
La prensa de San Diego informó entonces que el gobierno de López Obrador pagó 450 millones de pesos solamente para aprender el "modus operandi" de la delincuencia de la capital. Posteriormente, El Universal reportó que el costo de este programa fue de 4 millones de dólares, pagados por empresarios mexicanos.
En la capital, el combate contra la delincuencia de "tolerancia cero" se extendió con Marcelo Ebrard, quien estuvo en las negociaciones de Giuliani cuando era el secretario de Seguridad de Andrés Manuel López Obrador.
¿FUNCIONÓ LA ESTRATEGIA?
"Las medidas de tolerancia cero nunca pudieron implementarse. El sistema se tradujo en verdad en represión. Se actuó por ejemplo contra los franeleros, también contra los vendedores ambulantes. Y hasta se preocuparon por embellecer la vista urbana, es decir, cero pintadas, cero tolerancia a los que dibujan graffiti", opinó Jorge Carmona Tinoco, académico de la UNAM a Clarín en 2005.
"Recuerdo que estaba en Miami, una ciudad llena de gente latina, y no entendía lo de la tolerancia cero, pero ahí me di cuenta de qué trataba y es que ante la más mínima infracción de tránsito o administrativa, se produce la reacción policial y el castigo. Es el temor al castigo. En la Ciudad de México fueron contra lo más sencillo, contra los que ocupaban la calle, a los que vincularon ligeramente con el robo de autos. El tema es qué hacer con esa gente, dónde la llevaban y en qué la empleaban. Y fue todo un lío", comentó el académico.
Sin embargo, Giuliani regresó a México 10 años después y vio a la capital como una ciudad que se movió en la dirección correcta.
"La ciudad ha logrado muchos progresos y aunque seguramente todavía tienen muchos problemas, deben estar muy orgullosos de los cambios que han logrado", dijo en 2013 en un evento en México.
SÍ AL MURO
Rudolph Giuliani reconoció que el muro con México que prometió Donald Trump no sería una prioridad inmediata y que podría ser pagado con fondos migratorios.
"El muro va a tomar un tiempo, de hecho él va a construir el muro. Es una promesa de campaña y no va a romper una promesa de campaña", dijo Giuliani en una entrevista con la cadena CNN.
Giuliani sugirió por primera vez que el muro podría ser construido a través de una "orden ejecutiva reprogramando el presupuesto dentro de los servicios migratorios" e indicó que primero se buscarían terminar aquellas porciones que ya fueron aprobadas en el Congreso.