El papa Francisco celebra el domingo la misa del Domingo de Ramos sin público, después de que la ceremonia tradicional en la Plaza de San Pedro fuera suspendida por la pandemia del coronavirus.
Normalmente, decenas de miles de romanos, turistas y peregrinos con palmas y ramas de olivo habrían llenado una misa al aire libre dirigida por el pontífice. En lugar de eso, Francisco dirigía la ceremonia en la Basílica de San Pedro, que parecía aún más grande al verse tan vacía.
Además de sus asistentes estaban presentes unos pocos prelados, monjas y legos invitados, sentados en los primeros bancos y separados para reducir los riesgos de contagio.
Con aspecto reflexivo, Francisco bendijo las palmas tendidas que sostenían los asistentes y después cogió una.
El Domingo de Ramos es el inicio solemne de la Semana Santa cristiana que culmina en Pascua, que este año es el 12 de abril. El Vaticano ha anunciado que Francisco oficiará todas las ceremonias tradicionales sin público, cumpliendo con las medidas de cuarentena en Italia y el Vaticano para contener el contagio de COVID-19, la enfermedad que produce el virus.
Uno de los elementos habituales es la procesión del Via Crucis el Viernes Santo. Este año, en lugar de la procesión tradicional en el Coliseo de Roma, el papa liderará la procesión en la Plaza de San Pedro.
El Vaticano ha reportado siete casos de COVID-19 entre los residentes o empleados del pequeños estado independiente.