Joseph Biden es un político de la vieja escuela. Salvo que alguien sea su enemigo, tendrá un trato muy comedido y cortés en su relación con otros Jefes de Estado. Eso es lo que hoy pasará en la reunión virtual con el presidente López Obrador.
Quienes esperen un conflicto entre los Jefes de Estado van a quedarse con las ganas. No va a suceder.
En ese encuentro, habrá puntos de coincidencia, pero también se identificarán diferencias.
Permítame identificarlos y luego formular hipótesis respecto al futuro de esta relación.
1- Migración. Se trata de la coincidencia más importante entre los dos presidentes y donde habrá un mayor contraste con la administración de Trump.
Biden ha señalado en diversas ocasiones que para hacer frente a la política migratoria se necesita promover el desarrollo de la zona de la que provienen hoy la mayoría de los migrantes que buscan internarse en Estados Unidos: Centroamérica.
Esta visión coincide plenamente con el señalamiento de AMLO en el sentido de que más que las consecuencias hay que atacar las causas de la migración, promoviendo el desarrollo, especialmente de Guatemala, El Salvador y Honduras.
Habrá una coincidencia también en la propuesta de reforma migratoria de Biden que busca regularizar la condición migratoria de millones de personas. AMLO ya ha expresado su propuesta de buscar lo mismo.
Este tema será el punto de mayores convergencias.
2- Energía. El punto de mayores diferencias corresponderá al tema energético. El presidente de los Estados Unidos ha puesto al combate al cambio climático como uno de los objetivos centrales de su presidencia. No se trata de un asunto colateral sino de algo de primerísima importancia. Una de las visiones que tiene su equipo es que en esta materia las fronteras y visiones nacionales pueden ser obstáculos porque el problema es global y sus efectos también lo serán.
En México, el cambio climático se trata de un tema secundario y la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica que ya fue aprobada por los diputados golpea a los avances que se habían hecho en el país respecto a la materia.
Con el cuidado que la diplomacia requiere, Biden va a hacerle saber a AMLO su interés porque México tenga una política activa que favorezca las energías limpias.
Como ya lo ha dicho anteriormente, el presidente mexicano va a plantear que ese tema es un asunto de soberanía nacional y que, así como México no se inmiscuye en los temas de EU, demanda que se respeten las decisiones del gobierno mexicano. Aquí habrá tensión pues las visiones son opuestas.
3- El TMEC. Biden respaldó ampliamente el Tratado México-Estados Unidos-Canadá, en los términos en los que fue ratificado por el Congreso, por lo que no tiene interés de hacer ningún ajuste. Pero sí puede asegurarse que va a garantizar que se aplique escrupulosamente. Se hará eco de los reclamos y demandas de las empresas norteamericanas en temas como el energético, el laboral, y el medioambiental.
La relación con Estados Unidos será compleja. Habrá puntos en los que la cooperación será mayor que en el pasado y habrá otros en los que habrá una mayor tensión.
No existirá la relación personal que tenían AMLO y Trump. La química entre un político del establishment, como Biden, y un presidente mexicano que se asume disruptivo no será la mejor.
Sin embargo, no le apueste a un conflicto. Biden necesita que su vecino del sur sea cooperativo y su aliado en múltiples aspectos. López Obrador sabe que, aunque pudiera ser rentable políticamente chocar con EU, nuestro país depende mucho de su vecino del norte, y quizás a la larga, los costos serían muy altos.
Así que no espere grandes cambios de la reunión del día de hoy.