Del cierre del lunes pasado al del día de ayer, el peso mexicano se apreció en 1.6 por ciento frente al dólar norteamericano.
Existía incertidumbre respecto a lo que pudiera pasar con la paridad tras los discursos de Claudia Sheinbaum el martes pasado, al tomar posesión de la Presidencia de la República.
El hecho es que nuestra moneda registró una relativa estabilidad. Es decir, no hubo preocupación adicional ni por el hecho de que Sheinbaum haya defendido la reforma judicial ni tampoco porque haya hecho la propuesta de ampliar los programas sociales.
Algunos pueden considerar que la relativa estabilidad que ya hemos visto implica que se ha descontado ya la percepción de riesgo que detonó tras la obtención de la mayoría calificada por Morena y sus aliados.
Creo que sería un error suponer que hemos alcanzado ya una situación de estabilidad.
Hay múltiples factores que aún pueden incidir en la cotización del dólar.
Le enumero los principales.
1-Las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Dentro de un mes y dos días exactamente, Estados Unidos elegirá a un nuevo presidente o presidenta, igual que la totalidad de la Cámara de Representantes y una tercera parte del Senado.
Si Donald Trump resultara el triunfador me parece que el nerviosismo podría desatarse.
En esta ocasión, no se teme un repudio al TMEC que él mismo suscribió, pero sí políticas migratorias y de seguridad muy agresivas, y una revisión del Tratado sumamente complicada en 2026.
2-El envío del Paquete Económico para 2025.
El 15 de noviembre, en alrededor de mes y medio, el nuevo gobierno tiene que enviar al Congreso el Paquete Económico para el próximo año. La gran pregunta es cómo se van a conciliar las propuestas de ampliación de los programas sociales y los nuevos proyectos de infraestructura con el objetivo de reducir el déficit público.
La propuesta era bajar el déficit del 5.9 por ciento del PIB a 3.0 por ciento. No se ve sencillo ese recorte. Muchos dudan que se pueda alcanzar, pero al menos hay la expectativa de que pueda bajarse de manera significativa respecto al nivel de este año.
La presidenta Sheinbaum adelantó esta misma semana que habrá una reestructuración de la administración pública a partir de enero, la que seguramente estará contemplada también en ese Paquete.
3-La legislación secundaria y el avance del proceso de la elección de jueces, magistrados y ministros.
Existe la impresión entre los inversionistas que las leyes secundarias de la reforma judicial permitirán darle mayor orden y certidumbre a un cambio cuya dimensión aún no se comprende bien y que implicaría que en once meses, el 1 de septiembre de 2025, tuviéramos ya un sistema judicial completamente nuevo.
Veremos si los avances en este proceso contribuyen a traer certezas o acaban generando más incertidumbre.
A todos estos factores hay que sumar los aspectos geopolíticos que, en lugar de estabilizarse, amenazan con salir de cauce.
En particular, no sabemos si la escalada militar en el Medio Oriente quedará confinada a algunos intercambios de misiles entre Israel e Irán, o si existe la posibilidad de que se encienda un conflicto de otra magnitud, que podría producir alarma a nivel global y una gran aversión al riesgo.
Cuando se revisa este conjunto factores se puede concluir que sería verdaderamente extraño que ninguno de ellos impactara al tipo de cambio.
La estabilidad todavía está distante.