A estas alturas del año se empiezan a ver personas que normalmente no están en el pueblo. Este sitio, habitado mayoritariamente por abuelas y abuelos, comienza a atestiguar a niños correr por su plaza, arremolinarse en el puesto de fruta y divertirse con juguetes modernos que nunca han visto estas latitudes.
Estos días se parecen a las imágenes que se retrataban en las viejas postales del pueblo. Particularmente recuerda a una fotografía de hace varios ayeres que captó al kiosko rebosante y pletórico en medio de la feria. Esa imagen que presume que hubo mejores épocas.
Ahora las camionetas de ocho cilindros colman las discretas calles de la región. Repletas de maletas y contenedores, avanzan hacia el hogar añorado. Estamos en los Altos de Jalisco, pero los vehículos tienen placas de Texas, Nebraska, Illinois y California. Las y los hijos pródigos han vuelto. Son las golondrinas del pueblo que han retornado una vez más a su hogar. Son las hijas, los nietos, los seres amados que se fueron a Estados Unidos para juntar unos dólares y tratar de aplacar el hambre que se vivía en su tierra. Son los que cada año vuelven con las manos llenas de amor por su tierra y familia, para sanar la nostalgia, para regalar los abrazos contenido por meses.
Estas personas, desplazadas por la situación económica en el país, retornan a sus comunidades una o dos veces al año con la intención de formar vínculos entre las dos culturas que viven sus familias. Hay cerca de 35 millones de mexicanos viviendo en Estados Unidos, es decir, el 10% de la población de dicho país. De ellos una tercera parte nacieron en México.
Fuente: Cuartoscuro
Cuando las vacaciones se acaban y deben retornar, no nos dejan solos. Todo el año se encargan de que sus seres queridos tengan lo necesario mandándoles dinero, las famosas remesas.
El esfuerzo y trabajo de estas personas se convierte en un importante motor de desarrollo para el país. Tan solo este año, México recibirá cerca de 35 mil millones de dólares, algo así como el 3% del Producto Interno Bruto del país. Para poder entender esta cifra sirve revisar el Anuario de Migración y Remesas 2018, el cual estima que hay 1.6 millones de hogares que dependen directamente de estas transferencias. Esto significa que en todos los estados de la república hay familias que dependen del trabajo que realizan los paisanos en tierras de la Unión Americana.
Todo esto nos muestra algo muy claro: ya sea por humanidad elemental, por defensa de los derechos de las personas o por una estrategia de desarrollo regional, es sumamente importante cuidar de nuestros connacionales migrantes en Estados Unidos.
En el contexto de una elección disputada, en la que Trump tratará por todos los medios de señalar como los culpables de todos los males a los migrantes, es fundamental que el gobierno mexicano tome acciones decididas para defender a nuestros connacionales.
Fuente: Cuartoscuro
El día de ayer Marcelo Ebrard dio a conocer que los consulados y embajadas de México en Estados Unidos están preparando una estrategia legal contra las posibles deportaciones de connacionales en las próximas semanas. Esta noticia es importante porque hay cerca de seis millones de mexicanos que se encuentran en el país irregularmente. Esperemos que nuestras representaciones en dicho país estén a la altura de esta coyuntura.
Finalmente, este momento puede ayudarnos a reflexionar sobre la migración y tender lazos de solidaridad con quien se va de hogar en búsqueda de un mejor futuro. Sin importar nacionalidades, colores de piel o condición social, se vuelve fundamental responder a los intentos xenófobos y racistas que buscan criminalizar a quien migra.