“El trato que recibo es cruel”, asegura el exlíder del Cártel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán, quien envió una carta desde la prisión de Máxima Seguridad en Florence, Colorado, Estados Unidos.
A través del documento al que tuvo acceso la cadena Univision el narcotraficante aseguró, en primera persona y en inglés, que ni siquiera cuando ha presentado problemas de salud ha sido tomado en serio.
Joaquín Guzmán Loera fue sentenciado a cadena perpetua tras ser declarado culpable de 10 delitos relacionados con el tráfico de drogas y lavado de dinero.
“Soy un mexicano de 64 años y fui extraditado de México a Estados Unidos en enero de 2017”, comienza el documento de siete páginas.
Dijo que debido al trato en ADMAX ahora padece dolores de cabeza, pérdida de la memoria, calambres musculares, estrés y depresión.
“El trato que recibo es cruel e injusto. He sufrido mucho. Me sirven poca comida y a menudo me quedo con hambre. Yo rezo para que esta corte intervenga”, indicó refiriéndose al tribunal federal de Denver que recibió la demanda en octubre de 2021.
Su celda está en la “Unidad H”, una zona de alta seguridad donde lo acompañan convictos por terrorismo.
Guzmán Loera, quien en años pasados escapó a través de un túnel de una prisión de máxima seguridad en México, dijo que ahora está bajo “revisiones constantes dentro de su celda, cámaras de vigilancia hasta en el sitio en donde conversa con sus defensores legales y un análisis minucioso de las cartas que ha escrito, son algunas de las medidas que toma el gobierno para evitar que se fugue".
Contó que, al llegar a ese penal, le permitían salir a una jaula en el patio de 9 a 10 horas por semana, pero desde diciembre de 2019 ese tiempo se redujo a 3 horas o nada. Asimismo, no se le permite tener contacto con otros reos, se limitan sus llamadas telefónicas a cuatro familiares (su madre, su hermana y sus hijas gemelas), los guardias no pueden hablar con él y acude esposado de pies y manos a un salón donde lo visita su abogada Mariel Colón Miró.
Todas esas son las estrictas reglas conocidas como Medidas Administrativas Especiales o SAMs, que imponen a reos peligrosos para evitar que hagan más daños a la sociedad y se aplican principalmente a terroristas.
“Estoy descartado de tener cualquier contacto verbal o comunicación con otros presos. No tengo contacto humano, más que cuando los guardias ponen y remueven mis grilletes”.
Su carta, según Univision, forma parte de una declaración jurada que se incluye en una nueva demanda civil que menciona al fiscal general Merrick Garland, al director del Buró de Prisiones (BOP), Michael Carvajal y a funcionarios del penal ADMAX Florence, a donde llegó en julio de 2019.
Por ahora, el Departamento de Justicia de Estados Unidos aún no ha respondido.