Porque la bandera mexicana es el símbolo máximo de lo mexicano (bueno... y el tequila)
Nuestra bandera es símbolo de unión, orgullo y soberanía para muchos de los mexicanos y este 24 de febrero es su día, una festividad legalmente reconocida en nuestro país desde 1984.
Pero la bandera que conocemos actualmente, con sus colores verde (independencia), blanco (religión) y rojo (unión) y en el centro un águila real devorando una serpiente como escudo nacional, no siempre fue como la conocemos hoy en día.
Como seguro ya dejaste atrás la primaria y no quieres regresar a los libros de texto gratuito de la SEP, te presentamos una breve historia del lábaro patrio, partiendo desde los días del movimiento de Independencia (1810).
LAS PIONERAS
Al menos 12 banderas fueron usadas por el Ejército Insurgente durante los diez años del movimiento armado por la Independencia Mexicana (1810-1821), de acuerdo con el investigador Moisés Guzmán Pérez, integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Guzmán Pérez destacó que en las banderas usadas durante la guerra de Independencia están plasmados "los valores imaginarios y creencias de la sociedad que apoyó y se sumó a la causa".
“La primera bandera o estandarte que encabezó en 1810 el inicio de la lucha fue la imagen de la Virgen de Guadalupe, y con ello se buscó decirle al pueblo que la Virgen de Guadalupe apoyaba el movimiento”, abundó el investigador.
A los pocos meses, las banderas que portaron los insurgentes fueron blanco, azul y encarnado (una variación del rojo) y representaban a la religión católica, el honor y la virtud, y en el centro a manera de escudo tenían la imagen de la Virgen de Guadalupe y el águila real, pero sin la serpiente.
Dos años después, las banderas adoptaron símbolos americanos como flechas y arcos, y dejó de aparecer la Virgen.
Fue el Ejército Trigarante, encabezado por Agustín de Iturbide en 1821, quien usó por primera vez los colores blanco, verde y rojo, para representar a la Iglesia, la independencia de España y la unión entre españoles y mexicanos, respectivamente.
El escudo tenía un águila de frente, ligeramente inclinada su cabeza hacia su derecha, con las alas extendidas y corona imperial.
Las características básicas de esa bandera prevalecen actualmente, aunque se realizaron cambios en la posición del ave, la forma de sus alas, el lugar en que había de asentarse y en la presencia o no de la corona imperial sobre su cabeza.
Así se veía estaba bandera (el verde se descoloró con el tiempo):
Años después y luego de triunfar la rebelión encabezada por Antonio López de Santa Anna y Nicolás Bravo, una comisión especial presidida por Fray Servando Teresa de Mier discutió sobre las modificaciones que deberían hacerse a la bandera
En la sesión inaugural de abril de 1823, se consideró la posibilidad de cambiar los colores de la bandera trigarante. Teresa de Mier propuso que se dividiera en 16 cuadros con cuatro en medio, blancos, con un águila sobre un nopal que saliera de una piedra. La propuesta fue desechada.
Después de varios debates, el Congreso Constituyente mexicano emitió el 14 de abril de 1823 el “decreto sobre el Escudo de Armas y el Pabellón Nacional”, que determinaba que el escudo fuera un águila mexicana parada sobre un nopal que nazca de una peña entre las aguas de la laguna y agarrando una culebra en actitud de despedazarla con el pico.
Este escudo incluía un blasón dos ramas, una de laurel y otra de encina; al águila se le dibujó sin corona.
LA PORFIRISTA
Durante los años siguientes, el país entró en una etapa de constantes conflictos ideológicos, políticos y militares.
En todos los acontecimientos importantes, quienes decían defender la patria llevaron por estandarte la bandera mexicana, en diferentes versiones pero siempre con los mismos elementos básicos.
Durante el gobierno del general Porfirio Díaz (1830-1915) se decretó que en el pabellón nacional las bandas irían en posición vertical y el águila de frente con las alas extendidas, con el estilo afrancesado de la época.
Ya en el periodo de la Revolución Mexicana (1910-1920), el uso de la bandera nacional fue la constante entre los diversos grupos revolucionarios, aunque se emplearon distintas versiones del escudo.
En esa época el acontecimiento más significativo respecto a la bandera fue la Marcha de la Lealtad: cadetes del Colegio Militar marcharon desde el Castillo de Chapultepec hasta el Zócalo de la Ciudad de México, al lado del presidente Francisco I. Madero, para manifestar su apoyo frente al golpe de Estado de Victoriano Huerta. Durante toda la travesía Madero hizo ondear la bandera mexicana.
BANDERA POST-REVOLUCIÓN
Tras el triunfo de las fuerzas revolucionarias al mando de Venustiano Carranza sobre la dictadura de Victoriano Huerta, el gobierno mexicano estableció una normatividad básica para ordenar el uso de las banderas nacionales.
Como presidente, Carranza expidió un decreto en 1916 que determinaba que el águila del escudo estaría de perfil, a la usanza prehispánica, evocando al Código Mendocino que representaba la fundación de México-Tenochtitlan.
En 1917 Venustiano Carranza pidió a los artistas Jorge Enciso y Antonio Gómez la elaboración del modelo del escudo.
La propuesta de Gómez consistió en un águila de perfil hacia la derecha, "con las alas abiertas y levantadas, la cola baja y extendida, parada con la pata izquierda sobre un nopal que nace de una peña que emerge de las aguas de la laguna y agarra con la derecha una serpiente de cascabel en actitud de despedazarla con el pico, rodeada por lo bajo de ramas de encina y laurel, entrelazadas por una cinta".
Este escudo es el mismo que se conoce hasta la fecha, con algunas variaciones mínimas.
La bandera mexicana fue ondeada por primera vez en el Palacio Nacional el 15 de septiembre de 1917, en el mismo año en que se promulgó la Constitución Política actual.
Durante el gobierno de Abelardo L. Rodríguez, el 5 de febrero de 1934, se expidió un decreto que autenticaba el modelo oficial del escudo y prohibía expresamente las reproducciones que se apartaran de él.
LEY DE LA BANDERA
La primera Ley sobre las características y el uso del Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, fue promulgada en 1968 durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz.
Con esta ley se pretendía agrupar en una sola ley las diversas disposiciones y dictar los principios jurídicos que rigieran el uso de los símbolos patrios.
La Ley de 1967, además de definir los elementos constitutivos de los emblemas nacionales, reguló por primera vez la forma como debían usarse para garantizar su respeto y honorabilidad y estableció reglas para protegerlos de un uso indebido.
Así se veía el escudo en la época:
La Ley de 1967 tuvo vigencia hasta 1984, cuando entró en vigor la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, presentada por el entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado.
Esta ley buscó acercar los símbolos nacionales a todos los mexicanos, reemplazar el carácter pasivo de la anterior ley y estimular a los mexicanos a conocer y difundir el significado de los símbolos patrios, participar en su culto y hacerlos presentes en su vida cotidiana.
Fue Miguel de la Madrid quien estableció el 24 de febrero como Día de la Bandera.
LA ACTUAL
De acuerdo con el artículo 20 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, el escudo nacional está constituido por un águila real mexicana, con el perfil izquierdo expuesto, la parte superior de las alas en un nivel más alto que el penacho y desplegadas en actitud de combate.
"El águila posa su garra izquierda sobre un nopal florecido que nace en una peña que emerge de un lago, sujeta con la derecha y con el pico, en actitud de devorar, a una serpiente curvada", refiere la ley sobre el escudo nacional
Varias pencas del nopal se ramifican a los lados. Dos ramas, una de encino al frente del águila y otra de laurel al lado opuesto, forman entre ambas un semicírculo inferior y se unen por medio de un listón dividido en tres franjas.