La noche del 21 de octubre, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) capturó a Edwin Antonio “R”, alias ‘El Max’ o ‘El Oso’, en Culiacán, Sinaloa.
Este individuo es señalado como uno de los operadores clave del Cártel de Sinaloa, vinculado a la facción de Ismael ‘El Mayo’ Zambada. Las autoridades lo identifican como “jefe de una célula delictiva afín a la facción de ‘El Mayo’ Zambada”, implicada en la violencia que sacude la región.
‘El Max’, de aproximadamente 35 años y señalado como uno de los sicarios más violentos de la organización, estaba involucrado en actividades del narcotráfico, especialmente en el transporte de drogas desde Culiacán hacia Estados Unidos, con destinos como Los Ángeles.
Su captura se produjo en un paraje rural cerca de la comunidad de Plan de Oriente, al este de la capital sinaloense, tras un enfrentamiento con las fuerzas militares. En el momento de su arresto, vestía ropa completamente negra.
Además de su papel en el tráfico de drogas, se le atribuye una participación activa en la guerra interna del Cártel de Sinaloa, que enfrenta a la facción de ‘Los Chapitos’, hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, y los seguidores de ‘El Mayo’. La captura de ‘El Max’ ocurre en medio de esta violenta disputa, desatada tras la detención de ‘El Mayo’ Zambada en Estados Unidos, lo que generó una lucha por el control del cártel.
Las autoridades también lo vinculan con el asesinato de Édgar Flores Sánchez, un trabajador del Consulado de Estados Unidos en Tijuana, quien fue ejecutado en 2020. ‘El Max’ tenía una orden de aprehensión vigente desde 2019, y diversos reportes lo asocian con la estructura delictiva de Los Arzate, bajo el liderazgo de los hermanos Alfonso (’Aquiles’) y René (’La Rana’) Arzate García. Su detención representa un golpe significativo para la estructura operativa del Cártel de Sinaloa.