El Banco de México reconoció que “la actividad económica nacional atraviesa por un período de marcada debilidad e incertidumbre” y con mayores riesgos a la baja para el crecimiento y el empleo.
Debido a ello, la institución recortó su proyección de crecimiento del PIB a 1.5% para 2024, desde el 2.4% de la proyección anterior, y a 1.2% para 2025, desde 1.5%.
La autoridad monetaria señaló además que el balance para la inflación continúa sesgado al alza, por lo que los ajustes en las tasas de interés de Banxico serán graduales y cuando las condiciones macroeconómicas lo permitan, advirtió Victoria Rodríguez, gobernadora del banco central.
En cuanto a las previsiones de inflación, aumentaron para el tercer trimestre de este año, al primer trimestre del 2025. En el cuarto trimestre de este año promediaría 4.4%, por arriba del 4.0% del pronóstico anterior.
No obstante, se sigue esperando que la inflación general converja a la meta de 3% en el cuarto trimestre de 2025.
Banxico destacó que el desempeño de la economía es significativamente menor al esperado, lo que obligó a un ajuste importante en las proyecciones de crecimiento.
Durante la presentación del segundo Informe Trimestral de abril a junio, Rodríguez Ceja destacó que esperan que el crecimiento de la economía en 2024 y 2025 esté apuntalado principalmente por el gasto interno, en particular por el consumo privado y, en menor medida, por la inversión privada.
También siguen previendo efectos positivos del gasto público, aunque menores a los originalmente anticipados.
Banxico reconoció que a la desaceleración de la economía, se han sumado episodios de volatilidad en los mercados financieros nacionales ocasionados por factores internos. El sólido marco macroeconómico del país, dijo, ha permitido enfrentar este complejo panorama.
En su Informe Trimestral, señaló que ante el deterioro en el balance de riesgos para el crecimiento de la economía, señaló que “seguir fomentando un ambiente de negocios y fortalecer el Estado de derecho coadyuvaría a incrementar el atractivo de México como destino de inversión.
Destacó que los riesgos sobre el crecimiento están sesgados a la baja, y entre ellos destacó la posibilidad de un dinamismo en la economía estadounidense por debajo de lo esperado.
Otro peligro es que los diversos procesos electorales a nivel global incrementen la incertidumbre o que conduzcan a políticas que incidan adversamente sobre la economía.
Un riesgo más es que el gasto público dé un menor impulso sobre la actividad económica; otro, que los diversos conflictos geopolíticos repercutan de manera negativa en la economía global.
También, que se materialicen condiciones financieras más astringentes a lo esperado o episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales, y que fenómenos meteorológicos impacten en la actividad productiva.